Porqué no participar en un proceso de toma de decisiones en grupo
Ahora que se están alzando las bondades de la toma de decisiones en grupo, creo que también es conveniente señalar que no todo el monte es orégano. Aquí hago una recopilación de las cosas perjudiciales:
- Cuando la diversidad no es necesaria o es en exceso puede mancar la cohesión dificultando la toma de decisiones.
- Puede ocasionar conflictos entre los componentes del grupo, discusiones en busca de la verdad o quizás con otro trasfondo anterior al grupo.
- Se puede polarizar las ideas terminando en soluciones más radicales, cuando dos partes no se ponen de acuerdo se polarizan y esto puede terminar en una solución extrema en la que si no se hubiera polarizado nadie hubiera escogido.
- A más gente más tiempo, todos hemos asistido a reuniones eternas. Se tiene que pactar desde el principio la durada de las reuniones o los métodos a seguir para que no se eternicen.
- La ilusión que una decisión en grupo es mejor, al estar unidos se ve como una cosa más poderosa. Puede no ser así, por lo que se debe ser consciente de que los grupos no otorgan superpoderes decisorios.
- Repartimiento de la responsabilidad, nadie quiere asumir responsabilidades asociadas a represalias. El éxito es colectivo y el fracaso es huérfano.
- Costes de organización tiempo, dinero, logística… Estas cumbres que hacen los políticos cuestan mucho dinero, movilización de agentes del orden, transporte de los políticos, inversión del tiempo de cada uno de ellos… Si la reunión dura una hora, no se pierde sólo una hora, se pierde una hora multiplicado por el número de asistentes, debemos ser conscientes de ello.
- Los miembros pueden competir entre ellos, por supervivencia el ser humano es competitivo y siempre trata de sacar lo mejor de si, más aun cuando hay recompensas para el mejor. Hecho que puede generar problemas.
- Si no se establecen unos objetivos claros se puede estar divagando eternamente sin llegar a ninguna conclusión.
- Se pueden dar problemas de autorregulación ocasionados por la presión sobre que pensarán los demás, sobre si se sale de la norma, si es políticamente correcto… e impide a los individuos sacar lo mejor de si.
- Se necesita motivación y ganas de aportar nuevas ideas. Las ideas de los demás no tienen porque ser válidas y conformarse con lo que digan los otros no debe ser una opción.
- No siempre se cuestiona el líder, el jefe no tiene la verdad absoluta por lo que su idea no puede ser tan buena como la de un empleado. Esto frena a la discusión de ideas de superiores empobreciendo la solución que salga.
- No se considera la posibilidad de preguntar a personas externas al grupo, una vez reunidos es difícil pensar que no estará la idea entre los asistentes y que puede ser preciso preguntar a un consultor externo.
Como podemos ver no es oro todo lo que reluce por lo que antes juntarse en grupo para tomar cualquier decisión sería bueno cuantificar las ventajas y desventajas del método y escoger la mejor en cada caso. Aunque si se es consciente de estos problemas y se gestionan adecuadamente la mayoría se pueden solventar.