Últimamente en internet está habiendo una especie de boom a favor de las duchas de agua fría. Así es. Agua. Fría… Un servidor se apuntó al movimiento para probar. Así que voy a dejaros una lista de los presuntos beneficios de ducharse con agua fría seguido de mi experiencia personal.

Las duchas de agua fría no es algo que venga de nuevo. En algunas sociedades, como los espartanos, las duchas de agua caliente no eran algo común. Los espartanos consideraban las duchas calientes para personas débiles. En otras sociedades, como la finlandesa, hay la costumbre de sudar la gota gorda en una sauna y seguidamente saltar en el agua del lago helado. Estos rituales se hacen bajo algunas premisas. Las premisas de mejorar la vida de las personas que los practiquen. Algunos de los beneficios son los siguientes.

Los beneficios se podrían separar en dos grupos. En un grupo podemos poner los beneficios a nivel fisiológico y otros a nivel mental/espiritual. A nivel fisiológico mejora tu piel y pelo, estimula la pérdida de peso, la circulación y el sistema inmune. También ayuda a incrementar la testosterona y la fertilidad. Para los más deportistas os interesará saber que además reduce inflamaciones y ayuda a la recuperación del musculo. A nivel mental incrementa la fuerza de voluntad, la resistencia emocional y el estado de alerta. Para los que tengáis mucho trabajado ayuda con el estrés y la depresión.

Ahora mi experiencia personal. Se hace más fácil con la práctica. Las primeras cuatro o cinco veces me costó meterme. Incluso me duché un par de veces con agua caliente queriendo hacer el cambio pero echándome para atrás en el último momento. La clave es decidir que uno se mete si o si sin muchas dilaciones. Como truco recomiendo ducharse normal y luego escoger pasar X segundos bajo el agua fría. Al principio estaba quieto pero más adelante ya me movía e iba cambiando de posiciones. Punto a favor si el aire del cuarto de baño no es frío. Si no no se hace muy agradable salir de la ducha frío para pasar un frío prolongado. A modo de curiosidad las primeras veces cuando el agua me caía por encima me salia una risilla tonta. No preguntes por que, no tiene explicación para mi. Supongo que me reía de la ironía del momento.